En Muzo, Colombia, la riqueza se esconde bajo un candado. Aquí se extrae la esmeralda más grande del mundo, pero la fortuna ya no pertenece a sus mineros.
Forzados por la explotación corporativa, la búsqueda se trasladó al río Muzo hasta que llegó "la voladora": una jaula de acero donde una vez a la semana se vuelca tierra procesada. Es un pacto tenso, lleno de vigilancia y la promesa de un milagro.
Las puertas se abren y la montaña de tierra muy negra detona la carrera. En menos de dos horas, la esperanza se convierte en cientos de bultos pesados viajando a hombros. Los enfrentamientos son comunes, las avivadas son parte del juego. Al río van con la zaranda y la fe.
Esta es la realidad de quienes aún lavan la tierra que una vez les perteneció.